Enfoques de intervención

María José Rodríguez Sevilla, Psicóloga.

Terapias cognitivos-conductuales

Con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Psiquiátrica Americana, las terapias cognitivo-conductuales se han consolidado como una herramienta fundamental en el tratamiento de una amplia gama de problemas de salud mental. Desde la ansiedad y el trastorno obsesivo-compulsivo, hasta el estrés postraumático, la depresión, las fobias, las adicciones y los trastornos de la conducta alimentaria, entre otros, estas intervenciones han demostrado su eficacia. Debido a su sólido respaldo científico y su amplia aplicabilidad, son ampliamente utilizadas por profesionales de la salud mental en todo el mundo

Este enfoque se centra en la colaboración entre terapeuta y paciente para identificar y modificar los patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales que subyacen al malestar actual sin explorar las experiencias pasadas que podrían haber contribuido a su desarrollo. Al modificar estos patrones cognitivos, se busca mejorar significativamente la calidad de vida del individuo

1. Estrategias de Control Cognitivo

Las estrategias de control cognitivo buscan potenciar la capacidad de las personas para regular aquellos comportamientos que le generan un placer o gratificación inmediato o a corto plazo y en los que su mantenimiento a largo plazo deriva en consecuencias negativas, como las conductas adictivas (consumo de sustancias, juego patológico) o los trastornos alimentarios (bulimia, anorexia)

Estos enfoques se centran en:

Adquisición de nuevas habilidades:

Facilitar el aprendizaje de conductas más adaptativas y saludables

Gestión de problemas:

Desarrollar estrategias efectivas para afrontar situaciones desafiantes y resolver problemas de manera constructiva.

Reducción de conductas impulsivas:

Fomentar la reflexión y la toma de decisiones más conscientes antes de actuar.

Eliminación de pensamientos intrusivos:

Trabajar en la identificación y modificación de pensamientos negativos y repetitivos que generan malestar.

2. Estrategias de Cambio o Sustitución de Pensamientos

Las estrategias de cambio o sustitución de pensamientos se centran en desentrañar la relación entre pensamientos, emociones y conductas, promoviendo así emociones más adaptativas y conductas más flexibles.

Al identificar patrones de pensamiento disfuncional que subyacen al malestar, estas estrategias buscan modificar la interpretación de las situaciones.

El proceso consiste en:

Identificación de patrones disfuncionales de pensamiento.

Reestructuración cognitiva para generar una interpretación más ajustada.

Ajuste emocional, lo que permite una mejor gestión de las emociones.

3. Estrategias de Solución de Problemas

Este enfoque, de marcado carácter pragmático, se orienta a la resolución de problemas concretos. Las intervenciones son focalizadas y se implementan de manera oportuna cuando el sujeto demanda una solución eficaz y breve para una situación determinada

Las estrategias de solución de problemas incluyen:

Análisis detallado de la situación problemática.

Generación de posibles soluciones.

Toma de decisiones sobre la solución más adecuada.

Ejecución de la solución seleccionada.

Desensibilización y Reprocesamiento por el Movimiento de los Ojos

El EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por el Movimiento de los Ojos) es una terapia orientada al procesamiento cerebral adaptativo de experiencias estresantes o traumáticas vividas. Ante estas situaciones, la persona no ha contado con recursos personales suficientes para elaborar e integrar las sensaciones, emociones, pensamientos y percepciones asociadas. Al experimentar en el presente situaciones que, en el sistema nervioso de la persona, se encuentran conectadas con aquellas originarias, aparece sintomatología de reexperimentación (volver a vivir el momento), y como consecuencia, sufre en el presente.

¿Cómo funciona la intervención?

El desarrollo de la intervención consiste en que la persona realizará, por solicitud del psicólogo, movimientos oculares o recibirá cualquier otra estimulación bilateral (táctil o auditiva) para favorecer un contacto inicial con el recuerdo. De esta manera, surgen asociaciones con otras partes del recuerdo, así como con otras experiencias previas y posteriores que comparten sensaciones, emociones, pensamientos y percepciones similares. Este proceso favorece un procesamiento nuevo y adaptativo de integración del recuerdo, lo que disminuye el malestar.

Eficacia y uso del EMDR

El EMDR está avalado por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Psiquiátrica Americana como un tratamiento efectivo para el trauma. Además de su uso en el tratamiento del trastorno por estrés postraumático, el EMDR ha mostrado evidencia de eficacia para abordar otros problemas clínicos como la ansiedad, las fobias, la depresión, los trastornos disociativos, el duelo y las adicciones.

Otros enfoques

Técnicas de afrontamiento de situaciones ansiógenas y de estrés para lograr habituación ante situaciones fóbicas concretas o desbordamiento generalizado.

Técnicas de relajación, respiración e imaginación para la desactivación de las respuestas fisiológicas, motoras y cognitivas.

Técnicas basadas en el condicionamiento operante para crear o aumentar conductas adaptativas y/o reducir conductas disfuncionales.

Técnicas de aprendizaje social y entrenamiento de habilidades para favorecer unas interacciones personales que proporcionen bienestar a la persona.